Si se han topado con algunas imágenes de las redes sociales de Cicleayque (dale, esperamos mientras las buscas) te habrás encontrado con la presencia de un niño en varias actividades que hemos organizado. Él es Samuel. Y sí, antes de cumplir 4 años ya anda en bici.
Tal vez Samuel personifica lo que entendemos como “visión” dentro de nuestra asociación. Una visión que parte de lo tan cotidiano que es aprender a andar en bici cuando somos chicos/as (me imagino que la gran mayoría de ustedes aprendió a hacerlo antes de los 10 años) y se adentra a cómo Samuel debiera de recorrer el espacio público de su ciudad. Esa ciudad más verde, menos contaminada, más accesible, etc. Hablen con cualquier persona y van a coincidir con esta visión del mundo. Sin embargo, lo más importante es que claramente esa visión nos hace plantearnos objetivos de inclusión y protección, de plantearnos una mirada desde la vulnerabilidad de la niñez en cómo diseñamos, ocupamos y nos comunicamos en el espacio público. Tengamos claro, él no es ciclista, sino que es un niño que ocupa la bici para desplazarse, recrearse y divertirse. Es un niño que necesita un espacio seguro desde donde representar el cambio que necesitamos.
Samuel cumplió hace poco 4 años. O sea, Samuel ha vivido toda su vida en un mundo en que nos hemos puesto de acuerdo, el 99% de los países, para crear las acciones que necesitamos para hacer de nuestras ciudades más verdes, menos contaminadas, reduciendo los efectos del cambio climático. Ese cambio que ya sabemos se tornó en emergencia. Ese que nos afecta a mí y a ti. Ese que dice que Samuel sólo ha vivido en los años más cálidos en la historia moderna.
Samuel también ha vivido toda su vida con los lineamientos, guías y prioridades puestas en las personas, no autos, esos que hacen las ciudades más grises y contaminadas. Por lo menos así lo dice el Estado de Chile y las Municipalidades. Búsquenlo. Samuel ha vivido toda su vida con organismos del estado, el MINVU, el MTT, el GORE, el MMA, como hermanos y hermanas más grandes que han firmado grandes documentos para protegerlo, para que pueda desarrollarse. Esos organismos que van a estar ahí frente a los matones de su curso. Van a estar ahí cuando Samuel necesite un consejo o cuando se sienta perdido.
Pero Samuel ha vivido toda su vida en la realidad. La dura realidad en la que todavía no hacemos caso y peor, en la que las y los hermanos grandes están fallando rotundamente. Y lo pueden ver en todas partes. Sólo piensen en cuantos niños o niñas ves andando en bici en las calles de Coyhaique. Pocos, ¿cierto?
Veamos un ejemplo: en una misma infraestructura vial, como la ciclovía/multivía de Avenida Baquedano en Coyhaique es secuestrada por una visión atemporal, como tú ya sabes, el aumento del uso de autos personales: los matones del curso. Quienes tienen el deber de proteger a Samuel, a esa visión de la que tú, me imagino, estás de acuerdo, no han estado ahí. Desde SERVIU, Dirección de Vialidad del MOP, Municipalidad, SEREMI de Transportes y GORE no han podido mantener una simple línea de trabajo para mantener, conservar y promover el uso de quienes se desplazan fuera del auto. Peatones y ciclistas y Samuel, bienvenidos a la no vereda, a la no ciclovía, al bullying sin freno.
Entendámoslo y comprometámonos. Lo que necesita Samuel, no son otros ma-padres que lo tomen de la mano para enseñarles lo que él ya sabe, que él es sólo una parte del cambio que debe darse. Samuel necesita de los hermanos y hermanas más grandes, amigos y amigas que le ayuden a formarse, compartir y desenvolverse en el mundo real y que cambiará. En el que tú ya sabes que es el futuro.
A las nuevas autoridades locales y regionales les invitamos a salir y aprender con y por Samuel. Les invitamos a internalizar la visión que representa Samuel y por qué sus hermanos/as grandes no han estado ahí. Les invitamos a que nos ayuden a pedir lo mínimo que es que se cumplan los objetivos que ellos mismos se trazaron.