Suerte que yo manejo muy bien.
Si alguna vez has pensado en estas dos frases, ¡bienvenido! eres parte de una sociedad moderna. Obviamente no es la sociedad que queremos, pero eso discutiremos más abajo.
Lo primero que tenemos que reconocer es que no estás solo o sola. Nuestra percepción tiene un fuerte sesgo particular que nos ayuda a eximirnos de nuestros deberes, responsabilidades (y leyes) cuando creemos que los demás no hacen el suficiente respeto/esfuerzo/trabajo como lo hago yo. Ejemplo: Yo estoy comprometido con el cambio climático, el resto de las personas no. Yo no contamino, el resto sí. Yo como sano, el resto no. Etc.
Lo segundo es que esta percepción imposibilita vernos como parte del problema. ¡Y que gran problema! En los últimos 10 años, los vehículos registrados en la región de Aysén se han más que duplicado, a una tasa actual de casi 1 vehículo cada 2 personas. O sea, en un determinado tiempo hay más de 45.000 vehículos motorizados manejando mal. Excepto yo.
Excepto yo. Puede ser anecdótico o ejemplificante del deber, de ser un conductor a la defensiva, de saber las reglas de tránsito, de ser un buen ciudadano. Pero no es así. Es realmente preocupante cuando como usuarios de bicicleta tenemos que compartir con los demás vehículos, de esos que no solamente manejan mal, sino ilegalmente mal.
Más aun, no hay peor argumento de conductores que justifican sus conductas ilegales señalando las faltas del resto, de los que manejan mal, o incluso las faltas de ellos y ellas, los que quitan espacio y tiempo: “los ciclistas”. Esos entes de luz que se mueven sin consecuencia de forma temeraria e imprudente por las calles y veredas. ¡Que faltas más graves! Sin embargo, no estás considerando el impacto de esas faltas.
Para que entiendas bien, andando a la misma velocidad, la bici de 15 kg tiene sólo el 1% de la energía que mueve a un auto típico de 1.500 kg o sólo el 0,1% de un camión típico también. Y eso hablando de la misma velocidad lo que en la práctica nunca es así. ¿Hay acaso una asimetría más grande que esta, en cómo debemos compartir nuestras calles? Para que entiendas mejor, cualquier falta que cometemos como ciclistas y sin intervención de vehículos, no a va a ser una falta fatal. Cualquier falta que tenemos como conductores de automóvil es potencialmente fatal. Así lo indican los números de siniestros viales, de Chile y el Mundo.
En el 2021 conductores todavía van hablando por teléfono. En el 2021 conductores todavía no saben ni respetan la ley de convivencia de modos de hace 3 años atrás. Todavía hay conductores que se estacionan en la vereda, doblan en doble fila, andan por la ciclovía. En el 2021 todavía hay conductores que “deben” andar a más de 50km/h, “sabiendo” que es la velocidad máxima en zonas urbanas desde hace 3 años. Uff, por suerte yo manejo bien.
¿Cómo sabemos? Porque desde la bicicleta lo vivimos a diario y especialmente porque es recontra necesario establecer contacto visual con los y las conductoras, para por lo menos saber quién está manejando bien o mal. O mejor dicho, apegado o contra la ley. De ahí la insistencia de quienes se mueven en bici en que todos esos conductores respeten lo que es ley, manejes bien o mal. De ahí los gestos con los brazos, las llamadas de atención, por último los gritos. Algo para poder nivelar ese mísero 1% de la energía en la calle que tenemos arriba de la bici. Energía limpia por si acaso.
¿Cómo mejoramos entonces? La fiscalización actual siempre ha sido unos de los temas más pendientes en lograr conductas correctivas. No solamente en el uso del espacio público. La reciente aprobación de la ley CATI (Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones) permite una ventana de mejor fiscalización, sobre todo la velocidad de automóviles, pero cuya implementación está mejor adecuada a la realidad de Santiago que ya cuenta con herramientas actuales de vigilancia y medición.
¿Tendrá que haber un siniestro de gravedad o fatal para que las autoridades refuercen la fiscalización de la ley? O ¿Vamos a esperar a que nos fiscalicen por medio de cámaras, foto-radares o drones para que el resto obedezca esas leyes y cambien esas conductas, que sabemos yo no hago?
Tomemos acción entonces: ¿Los ciclistas debieran esperar para tener más seguridad garantizada, a través de ciclovías por ejemplo? O ¿Cómo conductor me voy a hacer realmente parte del problema y voy a de verdad asumir la responsabilidad de conducir en calles que debemos compartir?
Desde arriba de la bici la tenemos clara. ¿Cuál es tu posición?
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